Evocación en
la Colonia Tovar
“Sobre
los cimientos de una antigua casa en la Colonia Tovar, construí mi morada, a
partir de una cocina en ruinas con un horno de pan adosado a ella”. Con esta
sugestiva declaración Marisol Marrero inicia su novela Lotte von Indien: la coloniera de
Tovar. La licencia discursiva que utiliza la autora para relatar esta
extraordinaria historia de amor, va redescubriendo mundos entroncados en una
estructura doble que se articulan a partir del ensueño de Carlotte Löwenstein y
la realidad que la circunda.
Carlotte,
llamada por su familia y por sus amigos Lotte, deambula y se debate entre dos
mundos que a veces se contraponen radicalmente, y otras se tocan y comulgan en
las raras visiones y percepciones de la
coloniera de Tovar. Ella es una mujer escindida por las pasiones que la
rebasan y por una sensibilidad profunda desde la que percibe su mundo poblado
por sueños, por el amor y por hondas elucidaciones sobre su historia. Lotte
llega a Venezuela con su familia que, arrastrada por la necesidad de mejorar su
situación económica, emigra al país de la eterna primavera, como tantas otras
familias europeas que se alistaron en el programa de Agustín Codazzi para
poblar zonas diezmadas por las guerras de independencia y las enfermedades.
Con Lotte von Indien: la coloniera de
Tovar, Marisol Marrero muestra, una vez más, la fuerza de su vocación
artística y su profunda capacidad para la investigación literaria y la
escritura. En esta novela histórica, lo testimonial se presenta desde una voz
extraviada entre la densa niebla de la Colonia Tovar y los fríos parajes de
Baden. Algunas cartas le otorgan visajes epistolario a la narración, aunque no
se inscribe completamente en esta estética. La propuesta se ancla en el diario
íntimo como vehículo expresivo y soporte que muestra sólidos argumentos
fundamentados en la investigación rigurosa que, a su vez, le confiere realismo
y verosimilitud a la historia.
La
voz del narrador principal deja paso a la voz de Lotte en un discurso directo,
creando una atmósfera intimista que permite conocer el mundo fragmentado y
angustioso de la protagonista. El tiempo de la narración se mantiene en un
vaivén del pasado al presente, de la objetividad a la subjetividad, desde el
mundo de Carlotte-Lotte al mundo de Gertha: gemela, espejo, doble difusa que
refracta una parte de su hermana.
Es
muy significativo que Gertha también respondiera al nombre de su hermana
melliza ¿se creía Lotte? Quizá sí, o tal vez solo demuestre la relación del doble que se da entre ellas: “El nombre de
Gertha no sé lo que significaba, pero sí recuerdo que cuando éramos muy
pequeñas, ella también respondía al nombre de Lotte, hasta que un día,
enfurecida yo, bajé mis bragas y enseñé el lunar en la nalga diciendo: Yo soy
Carlotte. Todos se rieron, menos Gertha que se quedó terriblemente confundida”.
Este tema es fascinante, y por su complejidad amerita un estudio donde se
explore esa dependencia o correspondencia con “la otredad”.
La
riqueza de los elementos metatextuales va apareciendo en el relato donde El
canto de los Nibelungos es un leitmotiv mediante el cual el nombre de Sigfried
resuena en Alfredo, el amor imposible de Lotte, a pesar de haberse convertido
en su amante. Ese amor por el coronel Alfredo Uztáriz, se convierte en el
epicentro en la vida de Lotte. Después de conocerlo, su existencia, los hechos
que van conformando la historia de la Colonia Tovar y el dificultoso
asentamiento de los colonieros, girarán como una especie de satélites,
alrededor de esa pasión.
Lotte
von Indien habla con la otra que la habita, la que está llena de
locura y la aparta de la realidad cotidiana. “Pero ahora me sorprendo y me
asusto. Yo soy la otra, también siento esos miedos, esa pesadilla de vivir en
ascuas, en vilo, atormentada. Yo junto a ella sigo caminando en vano, no me
desprendo del mismo sitio ni un milímetro. A pesar de todo, me muevo lenta,
torpemente, como un niño ensayando los pasos. Y sé que puedo, hasta correr
puedo y lo intento, pero es una pesadilla. Sin lograrlo vuelo, pero allí estoy,
sin plumas, sin alas, sin cielo…”
¿Lotte
enloquecería para siempre? ¿Realmente murió asesinada por su amante? ¿Fue
Gertha quien se sacrificó por ella? Estas preguntas son inevitables al
finalizar la novela, la primera de una saga. En la segunda: Niebla de pasiones, algunas
interrogantes quedan despejadas, sin embargo, hay que esperar la tercera parte
que cerrará la saga, para conocer la historia completa de Lotte von Indien: la coloniera de
Tovar.
Marisol
Marrero ha publicado varios poemarios que han sido muy bien recibidos por la
crítica. Su aventura novelística se inicia con:
Las
brujas modernas vuelan en la Red (2001).
Lotte
von Indien: la coloniera de Tovar (2003).
Alonso
e Isabel (2006).
Niebla
de pasiones (2007).
Lotte
von Indien: La coloniera de Tovar, está publicada por la Asociación de
Escritores de Mérida (SEM)
Lesbia Quintero. Caracas, 30 de octubre 2011